“Establecimiento ubicado al lado de la iglesia de Santa Eulàlia. Se dedican a la venta de joyería y también hace la función de taller”
Desde 1968. Segunda generación.
La primera joyería de Alfredo García se ubicaba en la calle Vidriería. Ocupaba un pequeño local en planta primera que apenas daba cabida a la actividad de taller. Debido al estado de ruina del edificio, el negocio se trasladó a su ubicación actual, donde las dimensiones del espacio permitieron la instalación de la tienda. Bajar al sótano supone un viaje al pasado: Carlos García y Rosa Abeledo conservan la maquinaria original del taller, que todavía utilizan para la reparación y fabricación de joyas.
La segunda generación de propietarios, que vivió la época más dura del Centro Histórico, teme que el negocio desaparezca con ellos, ya que no tienen descendencia que procure su continuidad. Han ido incorporando el diseño y siguen fabricando modelos que perduran a lo largo del tiempo.