“Es una de las pocas mercerías tradicionales que quedan en Palma, está ubicada en una zona muy transitada de Palma y tiene más de ochenta años de antigüedad. Aparte de elementos de mercería también ha ido introduciendo otros productos para adaptarse a los nuevos tiempos”
Desde 1940. Tercera generación.
Los abuelos de Antònia y Joan Plovins, actualmente al frente del negocio, empezaron como mercaderes, comerciando por los pueblos de la isla en un coche de caballos. Después de un tiempo exponiendo en el mercado del Olivar, compraron el local de la calle San Miquel, desde donde abastecían a otros negocios vendiendo al por mayor.
A día de hoy, los hermanos Plovins conservan una de las pocas mercerías que quedan en Palma, ofreciendo piezas de punto, ropa interior, artículos de lencería y, desde hace poco, algunos souvenirs orientados al turismo. En cuanto al futuro, confían que alguien de la familia coja el relevo y mantenga la tienda abierta.
Recuerdan que cuando otros encontraban más atractivo al estraperlo, mi abuelo iba a Barcelona a comprar el género. Eran tiempos duros, pero logró mantener la tienda.