“El éxito del horno era debido a no modificar las recetas de los productos típicos. La gente buscaba los sabores de siempre, los tradicionales”
Fecha de apertura desconocida. Actualmente cerrado.
Este pequeño horno, ubicado en la calle Ca'n Sales, se dedicaba especialmente a la producción de repostería típica de Mallorca. Las empanadas, los cocarrois, las ensaimadas y los crespells ocupaban las vitrinas de sus mostradores a la vez que impregnaban el espacio de un característico y dulce aroma.
A pesar de que no se conoce el año exacto de su apertura, se sabe que el fundador fue Miquel Oliver, a quien relevó su hijo Antonio.
La última propietaria fue Cristina Reina, quien despachaba tanto la clientela local como los turistas que entraban en el horno, atraídos por sus productos tradicionales y artesanos.