“Se trata de una mercería tradicional, de las pocas que quedan en Palma y que desde luego, es de las más antiguas de la ciudad. Se ubica en un edificio que forma parte de las calles más antiguas de la ciudad y según acreditan ya era una mercería antes del 1685.”
Desde 1685. Undécima generación
Cuando Pere Fortesa compra la tienda, ésta era propiedad de la Inquisición.
Así lo constatan los documentos encontrados por Miquel Aguildé y Esther Gordiola, undécima generación de propietarios del comercio más antiguo de Ciudad.
Antes de convertirse en mercería, al local de Ca Donya Angela se ubicaba la oficina del "dret del Segell", instaurado por Felipe IV que garantizaba la autenticidad de los documentos públicos y privados.
Su ubicación estratégica y la conservación de los elementos originales, tanto en el interior como el exterior, han sido la clave para el mantenimiento del establecimiento, que recibe su nombre actual en memoria de Àngela Bonnín, propietaria en 1931.
Los escalones descendentes de la entrada indican que no ha sufrido muchas modificaciones y que se conserva tal como era hace 100 años.