“Pequeño local ubicado en una zona peatonal muy concurrida, como es la calle de Sant Miquel y que se dedica a la venta de artículos de costura tradicional”
Desde 1968.
Al atravesar la puerta, los bordados de punto mallorquín y los tapetes de ganchillo que cubren paredes y mostradores nos trasladan décadas atrás. Estos productos de costura tradicional, hoy en día poco comunes, sobreviven entre franquicias gracias a la familia Binimelis, que a finales de los años sesenta abrió el local para dar salida a los bordados de la dueña de la casa. En aquel entonces, Joan Binimelis recorría los hoteles de la isla con su Vespa, exponiendo los productos que se vendían en la tienda.
Joan reconoce que aguanta por el amor que tiene hacia la tienda, que cerrarla sería como perder una parte importante de si mismo. Teresa, hija de Joan, se puso al frente del local a finales de los años noventa, dando el relevo a su padre y contribuyendo a mantener vivos estos artículos tan nuestros.